Ya estamos de vuelta la expedición 91. De entrada ha sido una expedición un poco atípica tanto por la fecha del viaje (saliendo un miércoles) como por el número de cooperantes (5). 

La expedición estaba compuesta por 4 traumatólog@s (Dra. Amaia Martínez Menduiña, Dra Gemma Gázquez, Dra Marisol del Cura y Dr. Daniel Jiménez) y por un anestesista (Dr. Javier Domenech). 

El vuelo con Turkish haciendo escala en Estambul no tuvo incidencias y llegamos a Douala a tiempo y con todas las maletas cargadas de material. Tras un descanso breve en la procura, salimos el jueves pronto destino el hospital. El viaje está vez fue más largo de lo habitual ya que se sumó al estado de la carretera por las lluvias, un atasco de salida de Douala mayor de lo habitual, por lo que tras más de 7 horas llegamos al nuestro destino por fin. 

El 15 de agosto es festivo también en Camerún y es un día especial para la orden religiosa del hospital, las Siervas de María, por lo que únicamente ese día realizamos un pase de planta y organizamos los quirófanos para los dos días siguientes. El haber llegado ese día nos permitió ser testigos de la procesión, con la figura de la Virgen que las mojas realizan por cada estancia y cada enfermo del hospital.

Tras un merecido descanso comenzó la actividad intensa habitual durante viernes, sábado, lunes, martes y miércoles. Durante esos días realizamos un total de 21 cirugías, muchas de ellas complejas y laboriosas que implicaron varias horas de quirófano (deformidades infantiles, secuelas de fracturas...), se realizaron 83 consultas y cerca de 150 curas algunas de hechas bajo sedación para poder realizarlas más en profundidad. 

Todos los días incluido el domingo (día de descanso del personal del hospital) y el jueves (día de nuestra salida a Douala) se realizó el correspondiente pase de visita de hospitalización.

Agosto siempre es un mes donde el trabajo a nivel del hospital baja un poco ya que en Camerún también es período vacacional, pero aún así, al ser una expedición más reducida y por la complejidad de algunos casos, nuestras jornadas terminaban al final de la tarde.

No faltó por supuesto la visita a Dschang, aprovechamos el domingo para hacerla durante el rato que la lluvia nos dio tregua.

El último día como agradecimiento por su disponibilidad y trabajo invitamos a tomar algo en la casa de voluntarios al personal del hospital y así poder compartir un rato con ellos sin el estrés y la tensión de la actividad hospitalaria.